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Un 76% de las empresas japonesas en España emplean técnicas de management japonés, porcentaje que se incrementa en las empresas industriales y de distribución

Madrid, 19 de noviembre de 2014 – El Libro Blanco elaborado por Shacho Kai, asociación de empresas con capital japonés en España, revela que las técnicas de management japonés son aplicadas en 3 de cada 4 empresas japonesas en España, tanto en las industriales y de distribución, como, en menor medida, en las empresas de servicios.

En este estudio, significativamente titulado “Las Empresas Japonesas En España. Estudio y evaluación sobre su contribución a la gestión empresarial”, se entrevistó a 37 directivos y expertos de la comunidad nipona. El resultado refleja que el modelo de gestión japonés que implantan las empresas en nuestro país no se limita al ámbito operativo interno o de recursos humanos, sino que va más allá, afectando a la gestión de proveedores, gestión financiera, fiscalidad, etc.

Asimismo, el 85% de los directivos entrevistados afirma que en algún momento ha contratado cursos de formación o programas específicos en técnicas de gestión japonesas para sus empleados. En cualquier caso, son las empresas de mayor tamaño las que suelen llevar a cabo este tipo de formación, que también se proporciona a sus proveedores e instaladores. Sin embargo, en un 70% de las empresas encuestadas no hay ningún directivo japonés.

A pesar de la importancia que el sector da a las técnicas de gestión de inspiración japonesa, el estudio señala las dificultades de encontrar cursos de formación en management japonés. Las universidades y centros de formación suelen centrar su programa académico en la lengua o cultura japonesas, sin entrar en la formación específica de directivos. Aunque es cierto que las técnicas de gestión japonesas forman parte de los contenidos en las escuelas de negocio en España, estos se limitan al estudio de aspectos meramente operativos, sin profundizar en conceptos de la ética de negocios japonesa.

El Libro Blanco elaborado por Shacho Kai concluye con varias recomendaciones dirigidas tanto a empresarios españoles como a japoneses, una “hoja de ruta” que debería marcar los próximos años las relaciones empresariales entre ambos países para fomentar un mayor conocimiento mutuo y el estrechamiento de unos vínculos que sólo pueden traer beneficios para las dos partes.


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